¿Quién guarda las espaldas de quién?
La araña depredadora Scytodes puede escupir a larga distancia sobre su presa, la araña Phintella, y arrojarle una sustancia pegajosa. Phintella se queda prisionera en esta especie de pegamento suficientemente tiempo como para que la araña depredadora se acerque y la capture inyectándole veneno y envolviéndola en sus redes de seda.
Unos investigadores de la universidad de Canterbury en Nueva-Zelanda publican en BehavioralEcology and Sociobiology los resultados de experimentos de laboratorios que han efectuados sobre tres artrópodos: la araña saltadora Phintellapiatensis, la hormiga Oecophylasmaragdina y la araña depredadora Scytodes.
Phintellapiatensis es una araña saltadora (familia Salticidae). Para muchos animales de esta familia, la compañía de las hormigas es peligrosa ; sin embargo, los investigadores observaron en un campo de las Islas Filipinas que más de un 90% de las Phintella estaba en compañía de hormigas, entre las cuales figura Oecophyllasmaragdina. Por su naturaleza agresiva, la hormiga Oecophylla se suele utilizar como agente biológico, por ejemplo en plantaciones de mango donde se encuentran muchas arañas. La supervivencia de la araña Phintella en compañía de esta hormiga se debería a la estructura de su nido semejante a un capullo particularmente duro y denso.
En las Islas Filipinas, Phintella vive sobre las mismas hojas que otra araña depredadora: Scytodes, que construye su tela a proximidad de la araña saltadora para que la caza sea más fácil. Ahora bien, no se vio nunca Scytodes en compañía de la hormiga Oesophyllasmaragdina. Con lo cual los investigadores supusieron que Phintella construía su nido cerca de las hormigas para utilizarla como protección contra los depredadores. Para comprobar esta hipótesis, los investigadores llevaron a cabo varios experimentos.
Las señales visuales y olfativas de la araña para escoger dónde construir su nido.
Para llevar a cabo sus estudios, los investigadores criaron unos arácnidos a partir de arañas recogidas en un campo. Todas las hormigas utilizadas en los experimentos eran obreras. Los científicos construyeron un dispositivo con una cámara en la que podían introducir una araña y una hoja para que la primera teja su tela o construya su nido encima de la segunda. Un sistema de ventilación permitía mandar efluvios en la cámara, tales como olores de la hormiga Oecophylla.
Entonces los investigadores observaron que la araña depredadora tejía su tela cuando había una hoja con un nido de la araña-presa aunque se pudieran ver hormigas. Sin embargo, si detectaba la presencia de olores a hormigas, la araña depredadora prefería no tejer su tela. Por su lado, la araña-presa construía su nido sobre una hoja cuando veía hormigas o notaba su olor. En efecto, una de las características de las arañas saltadoras es su buena vista que les permite localizar de lejos presas y depredadores. Al contrario, Scytodes parece no tener tan buena vista.
La asociación que se describe aquí entre una hormiga y una araña es original, porque la hormiga en realidad no saca ningún provecho concreto protegiendo a la araña. A menudo, las asociaciones con hormigas son mutualismos donde los insectos protegen otras especies a cambio de secreciones: es el caso con determinadas mariposas. Existen asociaciones similares en las aves donde una especie puede sacar algún beneficio al instalar su nido cerca de una especie que repela a los depredadores.