DESCUBIERTA EN ÁMBAR LA HORMIGA "VAMPIRO"
Gracias al estudio de una piedra de ámbar un equipo de investigadores ha podido descubrir una nueva especie de hormiga que ya no existe y que era capaz de reforzar ciertas partes de su cuerpo utilizando el metal procedente de su dieta alimentaria.
Un equipo de investigadores ha encontrado, atrapada en ámbar, una hormiga que parece un vampiro. En efecto, la especie Linguamyrmex vladi, perteneciente a la época del cretáceo, estaba dotada de dos lanzas metálicas situadas en la parte inferior de su cabeza que le permitían aspirar el interior de sus enemigos. El nombre de vlad se lo debe a Vlad Tepes, el personaje que inspiró la leyenda de Drácula, y no es para menos
Esta hormiga, que habitó la Tierra hace alrededor de 98 millones de años, forma parte de una familia de hormigas afortunadamente extintas conocida entre los entomólogos como haidomyrmecine u hormigas del infierno (hell ants).
Tienen la particularidad de llevar unas extrañas protuberancias verticales situadas en la parte inferior de su boca. Dichas mandíbulas serían atravesadas por unos canales cuya función sería puncionar seres vivos para extraer alimento, es decir hemolinfa (líquido circulatorio de los artrópodos –insectos, arácnidos,…- cuyo papel es análogo a la sangre de los vertebrados).
Encima de su mandíbula esta hormiga, emparentada con la Ceratomyrmex, poseía un cuerno aplanado que le permitía inmovilizar a sus presas después de haberlas empalado con sus lanzas. Además, este cuerno iba reforzado por partículas metálicas. El insecto era probablemente capaz, al igual que otros varios insectos, de recoger toda traza metálica procedente de su dieta alimentaria para reforzar determinadas partes de su cuerpo.
Investigadores de la Universidad de Nueva Jersey y el Museo Americano de Historia Natural han estudiado el espécimen atrapado en ámbar mediante distintas técnicas de imagen y han publicado sus resultados en Systematic Entomology.
Aunque tan solo mide unos milímetros de largo,la nueva especie era un insecto de costumbres depredadoras y una escalofriante manera de cazar y matar a sus víctimas. Las mandíbulas son inusitadamente grandes, y están recubiertas de pelos. Cuando algún insecto tocaba estos filamentos, activaba un mecanismo nervioso que cerraba las mandíbulas como si se tratara de una trampa. Dos acanaladuras en las mandíbulas dirigían los fluidos internos del animal hacia la boca de la hormiga. Todo esto la convertía en una hormiga "vampiro" para otros insectos.
Fuente: Systematic Entomology vía New Scientist