HORMIGAS QUE ENCONTRARÁN EL COCHE EN EL PARKING DEL CENTRO COMERCIAL
Las hormigas bicolores del desierto, del género Cataglyphis, cuentan el número de pasos hasta su nido y además usan los objetos como referencia
.
Viven en las achicharrantes arenas del desierto del Sáhara, y caminan en busca de cadáveres de arañas y de insectos incautos. Se trata de las hormigas bicolores del desierto, del género Cataglyphis, unas hábiles criaturas para las que la orientación es claramente una cuestión de superviviencia: solo gracias a ella pueden encontrar el fresco y sombrío nido en medio de ese infierno.
Pero, ¿cómo lo hacen? Desde hace tiempo se sabe que estas y otras hormigas se orientan de modo similar a como hacían los personajes de cuento Hansel y Gretel. Si estos personajes tiraban migas de pan para seguir el rastro, ellas cuentan el número de pasos que han recorrido para calcular distancias. Pero en un estudio publicado en la web Science, los investigadores han descubierto que las Cataglyphis tienen un as en la manga: son capaces de utilizar la vista para usar los objetos como referencia y determinar la distancia recorrida.
Tal como han concluido Sarah Elisabeth Pfeffer y Matthias Wittlinger, del Instituto de Optometría de la Universidad de Ulm, Alemania, estas hormigas son capaces de confiar solo en su visión para encontrar el camino a casa. Lo hacen a través de un mecanismo conocido como "corriente óptica", y que ya había sido demostrado en otros insectos pero que se pensaba que no estaba muy presente en hormigas.
Esto supondría que estas hormigas bicolores del desierto del género Cataglyphis son aún más fascinantes de lo que se pensaba. No solo "cuentan" (entre comillas porque para ellas no existen los números) los pasos a través de un órgano del oído, tal como se publicó en Science. El duro desierto del Sáhara ha favorecido que desarrollen otra curiosa estrategia: cuando les llega el momento de cambiar de nido, las hormigas exploradoras que tienen experiencia en salir al exterior cargan a las hormigas obreras, más acostumbradas a los sombríos y frescos nidos.
En esta ocasión, para averiguar cómo se orientaban las hormigas, Pfeffer y Wittlinger construyeron un pequeño canal por el que las hormigas podían caminar para unir dos nidos artificiales.
Hormiga Cataglyphis transportando obreras de un nido a otro (Science / Pfeffer y Wittlinger)
Cuando una de las hormigas cargaba a otra para llevarla a un nuevo nido, los científicos esperaban a que recorriera 10 metros para separar a ambas. Entonces, la que estaba siendo transportada, y que no había dado ni un solo paso, empezaba a buscar a su compañera. Cuando se daba por vencida, emprendía el camino de vuelta.
Pero cuando se cubría los ojos de estas hormigas desorientadas, los científicos descubrieron que no podían encontrar el camino de vuelta hasta su nido. Sin la vista, y como no habían contado el número de pasos hasta el nido, quedaban irremediablemente desorientadas Los siguientes experimentos confirmaron que, efectivamente, esta capacidad no dependía de sus sistema para contar pasos.
Fuente: Science