INSECTOCAPTORES: LOS GRANDES ALIADOS DE LA INDUSTRIA ALIMENTARIA
Los insectos voladores son una parte importante del plan de control integrado de plagas en la industria alimentaria. Si hablamos de moscas, su control es importante debido a sus hábitos de alimentación sobre materiales insalubres y a su capacidad de desplazamiento. Las moscas favorecen el transporte mecánico de agentes patógenos, como Salmonella, E. coli y otros muchos, adheridos a las vellosidades de su cuerpo y a las almohadillas de sus patas. También alojan estos patógenos en el interior de su aparato digestivo, y pueden transmitirlos por regurgitación o al excretar heces sobre las superficies y los alimentos en los que se posan.
Los sistemas de atracción basados en lámparas de luz ultravioleta, llamados insectocaptores son en la actualidad el principal método para el monitoreo y gestión de plagas de insectos voladores en la industria alimentaria. Son lámparas de diferentes espectros de luz que atraen a los insectos. Los dispositivos que se encuentran entre 350 y 400 Nanómetros son los de máxima atracción y no presentan ningún riesgo para los humanos. Una vez los insectos son atraídos hacia la luz, en su mayoría, quedan adheridos a la lámina pegajosa de estos equipos. La eficacia de estos dispositivos está vinculado a varios factores:
- Deben estar activos las 24 horas y alejados de zonas de corriente.
- Emplear fluorescentes de mayor producción de radiación UV-A.
- Disponer de un diseño que permita una mejor difusión de la radiación.
- Presentar un corto espacio entre la lámina adhesiva y el fluorescente.
- Deben instalarse a una altura de entre 1,5 y 3 metros.
- No deben instalarse próximos a fuentes de luz.
- El número de dispositivos debe ser el suficiente, teniendo en cuanta el área de la zona a proteger y la cobertura del insectocaptor.
- A la hora de planificar la instalación, es necesario asegurar el fácil acceso para el posterior mantenimiento.
- Las lámparas deben ser inastillables para evitar contaminación en caso de rotura.
- Las lámparas ultravioletas pierden capacidad de atracción con el tiempo, es importante sustituir estas lampara una vez al año, idealmente en primavera cuando los insectos presentan mayor actividad.
- Con respecto a las planchas adhesivas, la sustitución de estas va a depender de las características de la instalación, pero por lo general cada dos meses como mínimo.
Estos dispositivos son de gran utilidad en la industria alimentaria y servicios de restauración, ya que las buenas prácticas de elaboración y las estrictas normas de inocuidad limitan significativamente el empleo de biocidas, convirtiendo a los insectocaptores en unos aliados esenciales de la industria alimentaria. Igualmente, son de gran utilidad en los programas de control integrado de plagas, que buscan combinar varias estrategias generando interacción y sinergias entre ellas, toda vez que constituyen métodos físicos que no contienen tóxicos ni agentes peligrosos que puedan contaminar algún proceso productivo o materia prima y que ayudan de manera importante al cumplimiento del sistema APPCC. La versatilidad de estos equipos permite el monitoreo de la diversidad y abundancia poblacional de insectos voladores para evaluar la estacionalidad, fallas en la hermeticidad de las instalaciones y eventualmente la eficiencia de las actuaciones de control químico.
Los insectocaptores UV han funcionado hasta el momento principalmente con lámparas fluorescentes para producir la luz ultravioleta, pero esta situación está en proceso de cambio en la UE ya que contienen mercurio, una de las diez sustancias peligrosas restringidas por la Directiva 2011/65/ UE sobre restricciones a la utilización de determinadas sustancias peligrosas en aparatos eléctricos y electrónicos y sus modificaciones. En el caso de las lámparas fluorescentes UV esta exención dura hasta febrero de 2027 y su objetivo es, principalmente, dar tiempo a los fabricantes a desarrollar alternativas efectivas a este tipo de luminarias. Los tubos con tecnología LED presentan numerosas ventajas en relación con los fluorescentes, principalmente:
- Las lámparas LED consumen el 50% de electricidad que las fluorescentes y tienen una mayor eficiencia ya que transforman aproximadamente el 95 % de la energía en luz y, por lo tanto, emiten menos calor y más luz.
- Los tubos LED tienen menos elementos estructurales, menos complicaciones técnicas y son más seguros ya que son más resistentes a los golpes.
- Las luces LED no están consideradas como residuos peligrosos, lo que facilita su eliminación, y pueden reciclarse para recuperar el vidrio, los metales de los circuitos electrónicos y la carcasa.
- Los LEDS modernos tienen una vida útil entre 2 y 3 veces mayor que la de los tubos fluorescentes.
Blog facilitado por: Andrés Ramírez Mora. Ingeniero Técnico Agrícola – Phs Serkonten
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