EL UNIVERSO QUÍMICO DE LAS TERMITAS
Con el buen sabor de boca que nos ha dejado Expocida Madera 2023, tengo la sensación de que los técnicos que estamos implicados en servicios de sanidad ambiental y que no gestionamos trabajos relacionados con la protección de la madera de forma continuada, volvemos a experimentar el gusto por este ámbito de trabajo de nuestro sector, tan exigente a nivel técnico como atractivo respecto a los organismos vivos implicados (xilófagos), y a los bienes que se persigue proteger.
Dentro de este tipo de servicios, uno de los agentes bióticos más emblemático y relevante es la termita (Cl. Insecta, O. Blattodea). Este es un insecto social, muy próximo evolutivamente a las cucarachas (el consumo de madera en algunas especies delata a éstas), que engloba a numerosas especies y que muestra una gran sofisticación en sus estructuras coloniales o termiteros. Este hecho explica su alta capacidad destructiva sobre la madera de los edificios, principalmente cuando ésta desempeña una función estructural.
En este sentido, son especialmente importantes las termitas subterráneas, que engloban diversas especies de interés y cuya organización social se sostiene en un complejo sistema químico basado en hormonas (sustancias químicas que se transmiten por el interior del organismo e inducen una respuesta concreta) y feromonas (sustancias químicas que se propagan por el medio exterior, y también provocan una reacción determinada).
En primer lugar, procedo a repasar de manera somera cuáles son las castas sociales en las que se organiza un termitero subterráneo:
- Obreras; es la casta más numerosa (en torno al 90-95% de la colonia) y se encarga de la búsqueda de alimento y su distribución por el resto de las castas por trofalaxia, del cuidado de las fases inmaduras (huevos y ninfas) y de la construcción del termitero.
- Soldados; se encargan de la protección de la colonia.
- Pareja real; única casta reproductora de la colonia, que se encarga de su crecimiento poblacional, y está formada por un macho y una hembra (reina).
- Reproductores primarios; casta sexuada que se encarga de la fundación de nuevos termiteros. El desplazamiento para abandonar la colonia se produce mediante el vuelo, y cada pareja de macho y hembra formará un nuevo termitero en el que será la pareja real.
- Reproductores secundarios o suplementarios; casta potencialmente fértil que sustituirá a uno de los miembros de la pareja real en caso necesario, o formará la pareja real si se produce una fragmentación de la colonia.
El entramado de relaciones químicas que sostiene esta organización social es muy complejo y probablemente hay muchas sustancias y funciones que aún no se conocen. Partiendo de la base de que las feromonas propician cambios hormonales (en las hormonas juveniles y de la muda) en el interior de los individuos, voy a describir algunos de los principales procesos implicados que se han descrito, algunos de los cuales son realmente llamativos y sorprendentes:
La casta más importante a nivel hormonal es, sin duda, la pareja real. Sus individuos emiten sustancias químicas que regulan el funcionamiento de la colonia en aspectos clave como el tamaño poblacional de la casta obrera o la regulación del desarrollo de los reproductores suplementarios. Este último proceso está inhibido de manera permanente por la pareja real, salvo cuando es necesario reemplazar a alguno de sus miembros (o a los dos). No obstante, este reemplazo también puede producirse desde miembros de la casta obrera, ninfas o pseudoergados (falsas obreras que actúan como individuos comodines al poderse transformar en el resto de las castas, otro aspecto que ejemplifica la complejidad de estas colonias).
Además, la pareja real condiciona la formación de soldados a partir de las ninfas mediante emisión de feromonas, proceso probablemente ligado a las necesidades de la colonia (su tamaño, estructura, posibles amenazas…). En este sentido, el fenómeno de la trofalaxia es vital para mantener el reparto homogéneo de hormonas y feromonas por toda la colonia, el cual mantiene su estabilidad, aunque se ha estudiado que no es la vía exclusiva de trasvase de sustancias químicas en el termitero, puesto que el lamido corporal entre miembros de la colonia también juega un papel clave.
Respecto a los reproductores primarios, la unión de una hembra y un macho para fundar un nuevo termitero tampoco es al azar, ya que la atracción entre ambos es dependiente de la liberación de feromonas.
Por otro lado, se ha demostrado que las obreras, en caso necesario, pueden transformarse en el resto de las castas (soldados y reproductores de diferente tipo) para asegurar la viabilidad de la colonia, fenómeno también regulado a nivel hormonal. De hecho, todas las castas tienen individuos de ambos sexos (a diferencia de las hormigas), aunque las obreras y soldados carecen de desarrollo sexual externo.
Así mismo, la cohesión del termitero (su “sociabilidad”) es fruto de la emisión de feromonas (el “olor de la colonia”), al igual que el establecimiento de rastros hacia el alimento detectado previamente por las obreras exploradoras. Estas últimas son conocidas como feromonas de pista y tienen una función distinta a las feromonas de alarma, secretadas para alertar de un peligro para la colonia.
Atendiendo a toda esta información sobre la biología comportamental de las termitas, queda patente la gran sensibilidad química de estos insectos, la cual debe ser muy tenida en cuenta durante los tratamientos de control mediante inhibidores del crecimiento, en los que, además de otras muchas precauciones, debemos trabajar con agua no tratada (destilada) para evitar el rechazo de la colonia al acercarse a los formulados biocidas de las estaciones de cebado.
En definitiva, ahondar en el comportamiento de las termitas supone sumergirnos en un mundo de relaciones intraespecíficas extremadamente complejo, pero a la vez frágil. Y debemos seguir profundizando en el conocimiento de la biología de estos insectos para, además de disfrutar y sorprendernos con los secretos que guardan, aprender a gestionar cada vez mejor sus poblaciones, filosofía que debemos trasladar a todos los ámbitos de trabajo de nuestro sector.
Blog facilitado por: Agustín Cordobés - Departamento Técnico - Biólogo RT Madrid - LOKÍMICA