PLAGA GLOBAL DE RATAS: ¿SENSACIONALISMO O FENÓMENO REAL?
En los últimos meses hemos asistido a la publicación de un buen número de noticias y artículos periodísticos relacionados con un aumento generalizado de ratas en el mundo. Ciertos titulares y datos ofrecidos son especialmente llamativos:
“París vive la peor plaga en décadas…”
“En España, la población de ratas es de 19.570.000…”
“Los vecinos de Madrid, Sevilla y Barcelona llevan días denunciando una excesiva presencia de ratas en los centros de las ciudades.”
“Allí (en Tanzania) ya muerden a los bebés y a los ancianos y arrasan cosechas.”
Pero ¿cuánto de verdad hay en esta tendencia informativa a alarmar sobre el aumento de ratas generalizado en el mundo? ¿Hay datos reales y fiables que aporten luz sobre este fenómeno informativo?
Abordar este tema desde un único prisma no nos permitiría tener una visión completa de lo que puede estar ocurriendo y a qué puede deberse, por lo que analizaré tres aspectos que considero relevantes:
- Atractivo mediático
Para los que trabajamos en el sector de la sanidad ambiental (principalmente aquellos que tenemos contacto estrecho con la administración pública), es bien conocido lo efectivos que resultan los problemas de plagas (de ratas especialmente) como arma arrojadiza para denunciar ciertas situaciones que afectan a la ciudadanía (falta de limpieza, situación de abandono de ciertas zonas, problemas constructivos en edificios…). Las peleas dentro de las corporaciones municipales tienen en numerosas ocasiones como epicentro la presencia de ratas o cucarachas en la vía pública, así como en inmuebles tanto públicos como privados.
En esta lucha, los medios de comunicación juegan un papel crucial como fuente amplificadora de estos problemas, los cuales despiertan un claro interés en los ciudadanos, debido tanto al morbo asociado a las disputas encarnizadas entre nuestros semejantes, como a lo hipnótico de ver situaciones dantescas relacionadas con la presencia de animales socialmente detestados. Esta última motivación parece estar detrás, al menos en parte, de las recientes noticias sobre las que gira este artículo.
- Calentamiento global
Este fenómeno, que es una realidad al estar sustentado por numerosos estudios científicos desarrollados desde hace años, tiene claros efectos sobre la naturaleza, y las especies animales no son una excepción. El ascenso térmico y los fenómenos climáticos asociados influyen en la distribución de muchos organismos, entre los que se incluyen tanto especies amenazadas como otras consideradas perjudiciales para el ser humano.
Aunque el aumento de las temperaturas, a priori, influiría principalmente en las poblaciones de insectos y otros artrópodos considerados plaga (son poiquilotermos, es decir, no son capaces de regular su temperatura interna), los roedores también reflejan cambios comportamentales relacionados con este factor ambiental. En el caso concreto de las ratas, el fenómeno más llamativo es la “externalización” de sus poblaciones, es decir, aquel por el que se hacen más visibles al ojo humano por establecer sus focos de cría en zonas exteriores o, simplemente, por frecuentar más la vía pública y otras áreas abiertas. No obstante, aquí debemos matizar que este proceso debería producirse más en la rata de alcantarilla (Rattus norvegicus), con mayor tendencia que la rata negra (Rattus rattus) a ocupar nichos facilitados por el ser humano (redes de alcantarillado, forjados sanitarios, etc.). En el caso de la rata negra o de árbol, que es una especie urbana mayoritariamente exterior (aunque ocupa cubiertas de tejados y falsos techos en no pocas ocasiones), directamente se verían incrementados sus niveles poblacionales por el ascenso térmico global; y los datos de su incidencia en ciudades en los últimos años, al menos en España, parecen ir en esa dirección.
Esta mayor presencia en zonas visibles para el ser humano (lejos de redes de alcantarillado, forjados sanitarios y otros refugios) acentúa la percepción de los ciudadanos de un problema que no tiene por qué estar relacionado con una significativa mayor población de ratas. Este fenómeno puede explicar, al menos en parte, el aumento de avisos por ratas en muchas ciudades de los que se hacen eco muchos medios de comunicación.
- Crisis sanitaria debida a la COVID-19
Otro factor que puede explicar este creciente interés por la incidencia de ratas en el medio urbano es la pandemia debida al coronavirus SARS-CoV-2 y sus consecuencias. En la cuestión que nos ocupa, la aplicación de medidas de confinamiento de la población en muchos países para reducir los contagios (muy restrictivas en algunos momentos), generó una situación insólita en nuestras ciudades, con calles desiertas y negocios vacíos y sin actividad. Este hecho propició movimientos en las poblaciones de roedores, muchos de ellos hacia la vía pública. La falta de fuentes de alimento en establecimientos de hostelería precipitó la búsqueda de comida y agua en la calle, proceso facilitado por la práctica ausencia de seres humanos en esta. Por tanto, surgió un escenario de mayor presencia de ratas en la vía pública y, con ello, una mayor percepción ciudadana del problema (pensemos en las largas horas de hastío en nuestras casas en las que mirar por la terraza o por la ventana era una de nuestras actividades principales).
Pese a que las medidas de confinamiento solo duraron dos o tres meses en muchos países, durante ese tiempo pudieron generarse unas poblaciones de ratas “externalizadas” lo suficientemente grandes como para que generasen alarma social mucho tiempo después. Aquí puede haber jugado un papel crucial la gran capacidad reproductora de estos animales.
Desgraciadamente, escasean los estudios científicos sobre plagas urbanas en el mundo (y en España en particular), situación por la cual es muy complicado tener datos fiables sobre la incidencia real de ratas tanto a nivel local, como global. Asumiendo este escenario, los tres aspectos desarrollados en este artículo resumen, bajo mi perspectiva, buena parte de la situación que ha empujado a los medios de comunicación de todo el mundo a hacerse eco de la amenaza de las ratas. Soy consciente de que hay innumerables situaciones particulares (o más generalizadas) de nuestras ciudades que pueden estar detrás del aumento de quejas por ratas (proliferación de las terrazas en la hostelería, aumento de zonas verdes urbanas, acumulación de basuras en barrios desatendidos, etc.), pero el factor de la percepción humana ha sido, es y será determinante.
Blog facilitado por: Agustín Cordobés - Biólogo. Resp. Técnico Madrid - Lokímica