UNA MIRADA HACIA ATRÁS EN LA HISTORIA DE LA CALIDAD DE AIRE INTERIOR
Con ocasión de la reciente jornada que organizó Anecpla el pasado día 06/10/22 en la instalaciones de la Universidad Antonio de Nebrija, tuvimos la oportunidad de constatar el gran cambio que ha habido con respecto a la percepción que tienen los dueños de los edificios y responsables de las empresas sobre la importancia de la calidad del aire en el interior de ellos.
En los inicios no había una estructura definida y normalizada de CAI y cada empresa tenía sus propios parámetros recomendados, sus propios métodos de analizar y nuestro propio informe.
Los primeros encuentros comerciales con los dueños de edificios y empresas fueron siempre de escepticismo y recelando de lo que les estábamos ofreciendo. Cuando les hablábamos del SBS (Sick Building Síndrome) no acababan de creérselo y el porcentaje de ofertas aceptadas era realmente bajo. En el comienzo de la década de los 2.000, muy poca gente entendió las ventajas y los retornos que a través del confort en el puesto de trabajo y la disminución de las bajas laborales tenía la inversión económica en estudio de la CAI.
Mi primer cliente fue un emblemático edificio de Madrid. Habíamos estado un par de meses antes ofreciéndole a su director de servicios generales la posibilidad de hacer un estudio de CAI. Toda la reunión se desarrolló con cordialidad, nos dieron tiempo para explicarlo pero no dijeron el consabido “ya os llamaremos si eso”.
A los dos meses nos llaman para ver si les podíamos orientar porque una empleada de una cadena de televisión cuando llegaba al trabajo empezaba a encontrarse realmente mal y al volver a su casa mejoraba notablemente. Nadie allí tenía dudas de que se debía al edificio. Yo me encontraba por primera vez ante un caso real de SBS y además tenía que encontrar la causa y dar las indicaciones a la propiedad para resolverlo.
Pensamos en buscar la causa en tres familias de elementos:
Mala ventilación, aquello era un sótano con un montón de gente haciendo programas de televisión, con una gran cantidad de PCs, impresoras, monitores y seguro que había una insuficiente ventilación. Teníamos un medidor de Tª, HR, C02 y CO. Si era eso lo íbamos a saber rápido
Hongos y bacterias: Nos habían dicho que algunos géneros de hongos eran muy irritantes. Allí tenía que haber Aspergillus seguro. Teníamos nuestras placas Rodac Agar Sabouraud dextrosa y nuestro SAS super 90. Si estaba, aparecería.
COVs: Se sabía que algunas personas eran muy sensibles a los compuestos orgánicos volátiles. Había que comprarse una bomba Gastec con sus ampollas variadas. Nos autorizaron el gasto y nos la compramos. Si el culpable era el formaldehído también lo encontraríamos.
Encontramos al culpable, pero no era ninguno de los anteriores factores que pueden alterar la CAI y que vienen recogidos en la norma UNE 17330 como indicadores de la calidad. Los culpables eran…. los gatos.
Afortunadamente en la CAI se había incluido también test de polvo para los alérgenos Fel d1 del gato y el Der p1 del ácaro del polvo. Existía un pico muy marcado del primer componente según el laboratorio.
¿Cómo llegaba el alérgeno de gato a las oficinas del canal de televisión si allí no había gatos? Pues fue sencillo encontrarlo, en los bajos de Azca había una extensísima colonia felina que contaminaba con sus alérgenos todas las zonas. Esos alérgenos pasaban a la instalación interior a través de una toma de aire exterior en las que solamente había un filtro de muy baja eficacia.
Se habló con el Ayuntamiento, los gatos fueron trasladados, se mejoró la eficacia de los filtros y el problema desapareció.
El edificio emblemático siguió manteniendo sus muestreos de CAI desde entonces hasta la actualidad.
Durante la siguiente década cada vez fueron más los clientes que empezaron a realizar Análisis de Calidad de Ambiente Interior y poco a poco y de una manera lenta algunos gestores de edificios empezaron a considerar incluir la CAI como un mantenimiento programado y rutinario dentro de sus edificios
En la segunda mitad de la década de los 2.000 empiezan a editarse normas UNE que nos dotan a las empresas de unas normas de juego comunes para todos nosotros y nos permiten ofrecer un producto argumentado, homogéneo y parametrizado para que nuestros clientes puedan controlar la calidad del aire en sus edificios.
En 2005 se publica la Norma UNE 100012. Esta norma unifica y estandariza las operaciones de higienización de Sistemas de Climatización.
En el 2008 se publica la norma UNE 17330 -1 por parte de AENOR elaborada por los expertos del comité AEN/CTN 171.
En el año 2009 y 2010 se publican las partes 17330-2 y 17330-3 respectivamente.
El siguiente hito va a ser la publicación en abril de 2013 de RD 238/2013, en el que se obliga a todos los edificios no residenciales que tengan una potencia nominal de refrigeración/calefacción de más de 70 Kw, a realizar unas revisiones anuales de la Calidad de Ambiente Interior. Lo que hasta ahora había sido una actividad voluntaria se convierte en ley de obligado cumplimiento.
A partir de esta fecha son cada vez más los gestores que año a año se van sumando a tener el CAI como un mantenimiento más en su edificio pudiendo afirmar que hay un elevado porcentaje de edificios de oficinas que ya están cumpliendo el decreto.
La COVID. Tampoco quiero dejar sin tratar en esta mirada al pasado un hecho fundamental en la concienciación de la población sobre la importancia de una buena calidad del aire y lo fundamental que es contar con buenos sistemas de ventilación, filtración e incluso desinfección del aire en recintos cerrados.
Cada vez se tiene más conciencia de que no es sólo calidad de Aire si no Calidad de Ambiente. En el futuro se incluirán otros factores en los estudios de CAI que no son estrictamente de Aire como son el ruido, radón, radiaciones electromagnéticas, iluminación, etc.
Hasta el momento la normativa ha tenido un carácter técnico, con una gran influencia de las instalaciones, y las normativas han venido desde el Ministerio de Industria o el Ministerio de Presidencia. Sin embargo, cada vez más se reclama una mayor intervención con una norma propia del Ministerio de Sanidad, ya que la CAI en muchos casos afecta directamente a la Salud. Por otro lado, las inspecciones de Sanidad son más rigurosas al contar con un cuerpo de Inspectores de Salud Pública muy especializado y de alta profesionalidad y eficacia.
Blog facilitado por: José de Juan. Licenciado en Farmacia - Soporte Técnico-Comercial Nacional de Higiene del Aire de Lokímica-Rentokil