SUPRESORES DE APETITO, ¿UNA SOLUCIÓN CONTRA LOS MOSQUITOS?
Investigadores se inspiraron de los medicamentos anti-obesidad para el ser humano con el fin de reproducir la sensación de saciedad en el mosquito y cortarle su atracción por la sangre. La pregunta es cómo convencer a las hembras para que se atiborren de esta sustancia.
Para luchar contra el mosquito se han contemplado todos, o casi todos, los métodos: insecticidas, mata-mosquitos eléctricos, trampas que reproducen los olores corporales e incluso soltar mosquitos estériles genéticamente modificados. Investigadores de la universidad de Rockefeller, en Nueva York, han ideado una nueva pista: cortarle el apetito.
En efecto, la hembra Aedes aegypti, que pica para alimentarse de sangre, es particularmente voraz. Está fuertemente atraída por los seres humanos cuya sangre contiene las proteínas necesarias para su producción de huevos. Sin embargo, una vez que ha comido, esta atracción disminuye rápidamente y el mosquito hembra “saciado” se va a quedar quieto durante varios días. “Es como una Cena de Acción de Gracias” comenta Laura Duvall, la posdoctorante que dirigió el estudio publicado en la revista Cell: cuando tienes el estómago lleno no te apetece tanto comer.
Reproducir el efecto de una píldora anti-obesidad
En el ser humano, la sensación de saciedad es regulada por el neuropeptido Y (NPY). Este estimula fuertemente la ingesta de alimentos, disminuye el gasto energético y aumenta la secreción de insulina. Varios medicamentos anti-obesidad tienen ya como diana los receptores de este NYP.
Entonces los investigadores tuvieron la idea de comprobar si estos supresores del apetito podían funcionar también en el mosquito. Primero, el equipo intentó averiguar qué receptor NPY en el mosquito correspondía a los mismos compuestos y consiguieron identificar uno, el NPYLR7. Pero, claro, la liberación masiva en la naturaleza de un medicamento humano presenta cierto riesgo. Por lo tanto había que descubrir una molécula que activase el NPYLR7 en el mosquito pero no en el hombre. Finalmente, entre los 265.000 compuestos, se seleccionaron 6 capaces de suprimir la atracción de los mosquitos por la sangre durante 2 ó 3 días.
Menos apetito, menos picaduras
El estudio menciona que los mosquitos que absorben cada una de estas substancias diluidas en una solución salina se comportan como si acabasen de alimentarse de sangre. El olor de una media de nylon llevada durante 10 a 16 horas, en teoría irresistible para el mosquito, los deja totalmente indiferentes, lo mismo que un ratón durmiendo generalmente fuente de sangre fresca.
“La ventaja de este control comportamental es que permite reducir temporalmente el número de mosquitos hembras que pican a los humanos, subraya Leslie Vosshall, neurobióloga en la Universidad de Rockefeller y principal autora del estudio, en el diario Le Monde. En la medida en que este enfoque no mata a las hembras, hay menos probabilidades de que las poblaciones de mosquitos desarrollen resistencias como ocurre con los insecticidas.”
Y dentro de poco ¿las garrapatas?
La cuestión es cómo convencer a los mosquitos para que sigan su “prescripción”. La molécula podría administrarse mediante cebos que imiten los olores corporales humanos o que liberen CO2. Leslie Vosshall idea también fabricar mosquitos machos genéticamente modificados para que su semilla contenga la famosa substancia. Unos métodos complicados y onerosos según la opinión de algunos expertos.
“Una escasa densidad de mosquitos basta para mantener la transmisión de ciertos virus”, subraya por ejemplo Louis Lambrechts, investigador CNRS en el Instituto Pasteur de París entrevistado por el diario Le Monde. Los investigadores americanos esperan sin embargo que a largo plazo, este enfoque contribuya a luchar contra la malaria o la enfermedad de Lyme, la garrapata también llevadora de receptores NPY.