ALGUNOS NÚMEROS SOBRE HORMIGAS
En las encuestas que se realizan de vez en cuando en el sector sobre el volumen de actuaciones realizadas, los problemas con hormigas se sitúan siempre en tercer o cuarto lugar en función de la zona, siempre por detrás de roedores y cucarachas, compitiendo con las avispas y mosquitos para entrar en el podio.
Desde mi punto de vista, quizá sean los tratamientos de mayor complejidad, ya que son unos insectos capaces de hitos increíbles, y seguramente poseen números de récord Guinness en muchos campos.
Ya solo a nivel de biodiversidad, existen más de 15.000 especies distintas descritas, de las cuales más de 300 se hallan en la península y baleares. La diversidad es tan grande que, en un solo árbol del Amazonas peruano, se han llegado a encontrar 42 especies distintas conviviendo. Otro dato curioso en relación a la biodiversidad es la gran disparidad de formas, tamaños y adaptaciones que pueden llegar a tener, un dato curioso que lo demuestra es que la colonia entera de hormigas de la especie más pequeña podría vivir dentro de la cabeza de una hormiga de las especies más grandes.
Realizan funciones esenciales dentro de los ecosistemas, dispersión de semillas, limpieza de cadáveres (un estudio de campo cuantificó que un insecto que caía muerto en la zona de estudio solo tardaba de media 258 segundos a ser encontrado por una hormiga), auténticas e increíbles relaciones con otras especies, o por ejemplo la aireación de los suelos moviendo algunas especies entre 6 y 13 toneladas de tierra por hectárea y año. Con estas cifras no es de extrañar que algunos estudios estimen la población mundial de hormigas en 20.000 billones, es decir 2,5 millones de hormigas por persona. Estos números nos sorprenden, pero hay que tener en cuenta que los individuos que vemos en el exterior no llegan al 50% de la colonia. Se han encontrado colonias de hormigas del género Formica formadas por 307 millones de individuos.
Pero si todos estos datos generales son impresionantes, a nivel de individuos también existen cifras increíbles. Las obreras pueden cargar 10 veces su propio peso, esto sería como si una persona de 90 kg, pudiera trasladar un coche de la marca Smart de un lugar a otro agarrado por la boca. Y no solo destacan por su fuerza, sino también por su resistencia, ya que se encuentran hormigas en prácticamente todos los hábitats, desde los 3.000 metros de altura anidado cerca de glaciares, hasta hormigas que soportan los 70ºC de temperatura como es el caso del género Cataglyphis. Pero no solo las obreras son la casta más resistente, una reina de Lasius niger ha sido capaz de vivir 29 años en condiciones de laboratorio. O una reina de Formica, sobrevivió 10 días sumergida en agua.
En cuanto a las colonias, las hormigas Messor son capaces de recolectar alimento a 50 metros del nido o más, que traducido a nuestra escala seria como ir andando a más de 100 Km de distancia varias veces al día. O otra vez especies del género Cataglyphis, que en el desierto del Sahara son capaces de recorrer 85 cm por segundo (108 veces la longitud de su cuerpo). Si una persona de 1,70m de altura corriera a esa velocidad, alcanzaría los 660 Km/h.
Con todo esto, quizá podamos entender porque nos cuesta tanto controlar las colonias de estos insectos cuando generan molestias y problemas ambientales. Tienen unas características individuales espectaculares, que además multiplican su potencial cuando se organizan colonialmente distribuyendo funciones y especializándose. Son una maravilla del mundo que no dejan a nadie indiferente, motivo por el cual existe también numerosa bibliografía científica, estudios e investigación a su alrededor, pero también cuentos infantiles, dichos, u otras formas de expresión culturales y artísticas que las usan como espejo. Quizá este también sea otro dato relevante, son capaces de asombrar a personas de todas las partes del mundo, de todas las religiones y de todas las edades.
Blog facilitado por:
Roger Vila (Responsable Bionet - Grup Gepork | Innovation & Animal Care)