Hormigas esclavistas y saboteadoras
Por increíble que parezca, desde 2009 se viene observando la existencia de esclavismo, rebelión y sabotaje en determinadas especies de hormigas americanas. Así lo afirma la investigadora Suzanne Foitzik, de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (Alemania), en sus estudios publicados en la revista Evolution Ecology.
Se trata de las hormigas Protomagnathus americanus, unos insectos tiranos que lanzan periódicamente incursiones sobre las colonias de otras especies de hormigas más pequeñas, como las Temnothorax longispinosus, para esclavizarlas. En estos ataques, las hormigas opresoras matan a todos los adultos que se encuentran y secuestran sus huevos para traerlos a su propia colonia.
Pero este acto subyugante no queda ahí. Cuando estas larvas prisioneras eclosionan y llegan a su forma adulta, tienen que ocuparse de las nidadas de sus captores y alimentar a sus amos.
Al ser las hormigas esclavas más pequeñas que sus opresoras, no pueden hacer mucho para defenderse… Sólo hasta que sus amos pasan a la fase de ninfa en la que, desprovistas de capullo, ni pueden desplazarse ni protegerse. Se han convertido en presas fáciles.
“Hemos podido observar que gran proporción de ninfas de las esclavistas son asesinadas por las obreras esclavas”, apunta Foitzik. Estos ataques son originados por unas señales químicas que desprenden las cutículas de las ninfas y que son detectadas por hormigas sometidas.
En colonias sin hormigas esclavas, el 95% de los nidos sobreviven a la fase de ninfa, mientras que en aquellas con siervos el porcentaje se reduce drásticamente a más de la mitad, según cada colonia.
“Gracias al asesinato de la prole de las esclavistas, sus congéneres de los alrededores se benefician indirectamente de mejores posibilidades de sobrevivir. Las colonias de esclavistas se ven debilitadas por esas rebeliones de esclavas y crecen más despacio, lo que provoca unas incursiones menos frecuentes y menos destructivas”, concluye la investigadora Foitzik.